Resistentes, flexibles y totalmente antiadherentes, los moldes de silicona están especialmente diseñados para cocinar al horno o microondas de forma fácil, rápida y completa, siendo ideales también para congelación. Soportan temperaturas desde - 20 a 300 grados, son fáciles de limpiar en lavaplatos o a mano, se desmoldan sin necesidad de engrasado, no retienen olores ni sabores y requieren muy poco espacio de almacenaje.